Si miramos al expresidente estadounidense Jimmy Carter a sus 98 años, junto a su esposa, Rosalynn, podríamos concluir que la receta de la longevidad es el amor y las sonrisas. Desde el anuncio de que pasará a los cuidados paliativos, el municipio de Plains, al suroeste de Georgia, donde nació y tiene su residencia, se prepara para despedirse de su presidente. Aunque no todos los estadounidenses estuviesen de acuerdo con sus decisiones como gobernante, hoy se destaca su importante labor humanitaria, a la que él y su esposa se han dedicado durante más de medio siglo.

Rosalynn Smith, la primera dama

James Earl Carter Jr. (Jimmy Carter) nació en Plains, Georgia, el 1 de octubre de 1924, en plena época del Jim Crow o segregación racial que discriminaba a los estadounidenses negros en todos los ámbitos de su vida. Pasó su infancia y adolescencia en aquella pequeña localidad sureña, hasta que completó su educación secundaria, cuando fue a estudiar en una universidad cercana e hizo realidad el que era su sueño: ingresar en la escuela naval. Fue entonces cuando comenzó a salir con la que sería su futura esposa, Rosalynn, quien era amiga de su hermana, y con la que contrajo matrimonio al graduarse en 1946. “Tenía algo (especial)”, dijo en una entrevista con Oprah. No se han separado desde entonces.

Rosalynn, original de Plains como él, estudió en el mismo instituto que Jimmy Carter, y tras la muerte de su progenitor, ayudó a su madre en las tareas de crianza de sus hermanos y en el negocio de la costura. Fue a la universidad estatal de Georgia pero no logró estudiar diseño interior, lo que le hubiese gustado, al casarse joven.

A lo largo de su vida, Rosalynn se ha dedicado a apoyar la carrera política de Carter, primero en la campaña a gobernador de Georgia, y después, en las campañas presidenciales y durante el mandato de este como presidente. Esta tarea la ha compaginado con la de promover iniciativas sobre salud mental y combatir el estigma, un campo en el que ha trabajado arduamente. 

En una entrevista reciente aseguran (bromeando) que solo estuvieron cerca de separarse cuando decidieron escribir un libro juntos. La decisión de abandonar el hospital en esta última fase de su vida, asegura la prensa estadounidense, que se basa en que en casa, ambos podrán estar juntos.